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 Juventud, divino desorden.

La mayoría de las personas organizan su presente y futuro a través de proyectos, objetivos y deseos, y esto suele variar según la etapa en la que nos encontramos. Lo que imaginamos para los 20 puede ser muy diferente de lo que proyectamos para los 40. A veces, tenemos claridad en ciertas áreas de nuestra vida, mientras que otras quedan sin definir. Sin embargo, la realidad rara vez coincide al 100% con lo que planificamos, y esto puede generar mucho malestar.

 

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¿Qué pasa cuando somos adultos jóvenes?

 

La etapa de adulto joven (20 a 35 años) es un terreno fértil para las crisis, ya que en este periodo solemos sentir la presión de tener un plan de vida bien definido. Desde que terminamos el secundario, aparece esa necesidad —o deber— de decidir un camino, muchas veces influenciados por nuestra historia familiar, amistades, oportunidades laborales, gustos y expectativas externas. En ocasiones, elegimos para cumplir con lo que se espera de nosotros.

 

Otras veces, nos planteamos metas que tienen sentido en ese momento, pero con los años nuestras prioridades cambian. Es posible que al principio nos sintamos satisfechos con nuestras decisiones, pero luego puede aparecer el cuestionamiento¿Qué quiero realmente? o ¿Por qué hago lo que hago?

 

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Cuando no tenemos claridad sobre lo que es significativo para nosotros, es fácil sentirnos perdidos, como si nuestra vida estuviera patas para arriba. En estos momentos de incertidumbre, pueden aparecer emociones incómodas como ansiedad, tristeza, frustración o desesperanza. Sin embargo, estas crisis también son una oportunidad para replantearnos lo que queremos y reconfigurar nuestro proyecto de vida desde un lugar más alineado con quienes somos y con mayor flexibilidad.

 

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Mi experiencia personal

 

A los 21 años pasé por una crisis fuerte: me sentía desconectada de mis amigos, insatisfecha con mi carrera, atrapada en un trabajo que no me gustaba y en una relación que no me hacía feliz. Todo parecía un caos. Fue gracias a la terapia que logré encontrar sentido y reorganizar mi vida. Después de esa etapa vinieron otras crisis, donde mis proyectos cambiaron o, a veces, no eran claros. Sin embargo, cada experiencia me ayudó a crecer.

 

Hoy, gracias a mi historia personal, mi experiencia clínica y las herramientas que he desarrollado, sé cómo acompañarte para que encuentres un proyecto de vida que esté alineado con quien sos hoy.

 

 En nuestro espacio podremos:

Construir una vida alineada con lo que realmente es valioso para ti

Todos tenemos una brújula interna que nos orienta hacia lo que realmente importa. Sin embargo, muchas veces nos sentimos desorientados porque nuestras acciones en áreas vitales como las relaciones, la familia, el trabajo o la educación no están alineadas con aquello que consideramos valioso.

Te acompañaré en identificar donde esta lo valioso para ti y cuales son esas barreras que hoy te alejan de tener una vida significativa.

Encontrar o reencontrar satisfacción en tu trabajo o profesión

El trabajo y la profesión suelen ser áreas centrales de nuestras vidas, pero no siempre se sienten como un espacio de realización. Tal vez elegiste una carrera o un trabajo pensando que era lo correcto, pero ahora no te llena; o quizás simplemente descubriste que tus intereses cambiaron pero no sabes que hacer al respecto.

Afrontar lo que parece un caos

Mirar alrededor y sentir que todo está desordenado es una experiencia común. La sensación de “no puedo con tanto” o “no sé por dónde empezar” puede ser paralizante. Te acompañaré a organizar tus pensamientos y prioridades, identificando los pasos concretos que podés dar para transformar ese caos en un plan valioso. 

Caminar en direcciones con sentido

Cuando encontremos qué es lo valioso para ti, te ayudaré y acompañaré a dar los primeros pasos en dirección a eso. 

Dejar el “deber hacer o ser” para conectarte con el “querer hacer o ser”

Vivimos en contextos que muchas veces nos imponen expectativas sobre cómo debemos ser o qué debemos hacer. Esto puede desconectarnos de nuestra autenticidad y llevarnos a vivir según lo que otros esperan. En este espacio, te ayudaré a identificar esas exigencias externas y a reconectar con tus propios deseos, necesidades y valores. 

Repensar tus vínculos

 Las relaciones cambian constantemente: algunas personas se alejan, otras llegan, y las dinámicas con quienes permanecen también evolucionan. A veces, dejar ir ciertos vínculos puede ser doloroso o generar culpa, pero sostenerlos también puede tener un alto costo emocional. En este espacio reflexionaremos sobre cómo te estás relacionando actualmente, qué tipo de vínculos querés construir y cómo gestionar de manera saludable los cambios.

Testimonios

Excelente psicóloga que te brinda un espacio seguro y respetuoso para tomar las sesiones. Además, te escucha y te apoya desde su posición como psicóloga. Muy recomendada y querida!
P,26 años.
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